miércoles, 29 de agosto de 2012

1.



En la espera,

Los momentos, 
la presencia de las páginas.

Palabras,
luces aisladas.

Tierna pretensión de disciplina,
Horror sintáctico.

La presencia de esos horrores solo potencia el silencio que separa la tinta del remitente.

Luces asilada
En tus palabras
tus pupilas absortas, cabizabajas.

Es hora de olfatear, huyes de las páginas hundiéndote en ellas
pretender detallar cada grafema... tarea insulsa.

Hay días en los que quiero escuchar atentamente esa voz, despierta algo en mi, en mi pasimonía y sumisidad. Es como una bofetada.


Tomás I. Ruiz L

miércoles, 9 de mayo de 2012

Toilet

Si tuviera que decir una palabra, diría Plomo.

Voy a trastocar un poco mi cabeza:
el sueño me suplica que no tiemble, que no permita girar en contravía las agujas de mis párpados.

La sed me tiene harto, por eso me mantengo en pie, inspirando a cada instante bocanadas de cenizas.
Me permito derramar unas lágrimas y bebo de los fragmentos picados y retorcidos para mantener la cordura.

Harto, el mundo me basta, lo observo, lo palpo, lo violó.

Los instantes previos al vuelo y los abrazos rotos me sucumben, me condenan y me juzgan desintegrando mi vanidad.

Amo este aroma y no hablo del aroma de ella, hablo de este aroma, el nauseabundo retrete del ser.

Tomás I. Ruiz L

miércoles, 18 de abril de 2012

Dos Cuencas



Son solo dos minutos cada día. Las primeras veces se deformaba toda la visión, se veían figuras abstractas que cambiaban constantemente, ocasionalmente acompañadas de algunos gemidos. Las últimas tres veces me impresionó cuan constante se mantuvo la imagen, sólo parpadeo dos veces y sin embargo no cambio la forma.

Hacía 247 veces que no me sentía tan ansioso como ahora, no recuerdo a cuantas veces empecé a perder la noción de mi cuerpo, no sé como estoy vivo, sin embargo como ya dije hace 247 veces no entraba en este tipo de reflexiones, en esta conciencia. Ese sonido indicaba que llegaba el momento:

Oscuros agujeros, podía detallar cada milímetro, trazar un mapa de la alternancia de protuberancias, hacer una ruta hasta las pupilas, donde no lo pude evitar, volví a llorar.

Tomás I. Ruiz L.