martes, 22 de noviembre de 2011

Epígrafe de un libro heredado

"Al lector:
Cada día mas ajeno al tacto y la sutileza. Sinceridad fluctuante y palpable; el silencio y la ausencia de ojos iluminan grafemas malditos, dagas que se infiltran y penetran hasta el fondo los ojos lectores, desgarrando el iris, fragmentando las pupilas y desbaratando cada instante de afecto, cada desinteresada mirada y cada pasaje imaginario. Son así estas absurdas líneas, sin ninguna pretensión más que una inconciente egolatría, palpitante en cada trazo y símbolo; imágenes que yacerán yertas sobre el césped de cada cerebro, en el desierto gris e incalculable de la memoria, asqueroso y sediento juez.

M.C.

PDT: Desecha pues estos versos sobreescrítos."



Tomás I. Ruiz L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario